El vino es un producto vivo y delicado. De nada sirve tener la mejor etiqueta si ha viajado mal, ha roto la cadena de frío o, peor aún, no llega a tiempo para el servicio del fin de semana. La distribución de vinos es 90% logística invisible: es el control de temperatura en el almacén, la gestión de inventario para que nunca le falte su vino estrella y la ruta de entrega optimizada para que su pedido llegue intacto.
Un buen socio de distribución no solo le pasa un catálogo; se convierte en su bodega externa. Nosotros nos obsesionamos con el almacenamiento y el transporte para que usted solo tenga que preocuparse de una cosa: descorchar la botella perfecta frente a su cliente. Ese es el trato.
